La Dra. Beatriz Álvarez recibe a la enfermera Marta Díaz en la sala de Radiología que suele emplear para analizar las imágenes. Mientras la doctora responde a la curiosidad de la enfermera por las imágenes que aparecen en las pantallas, ambas descubren que coincidieron profesionalmente antes de llegar a la Clínica. Comentan las diferencias de sus trayectorias y Marta Díaz lanza su primera pregunta.
M.D. ¿Cómo decidiste dedicarte a la Radiología?
B.A. Durante la carrera de Medicina me di cuenta de que la Radiología es una especialidad transversal porque interactúa con todos los departamentos de un hospital. Participa en casi todas las fases del proceso asistencial de un paciente, actuando como consultor entre los especialistas. Entonces, dije: “no me estoy cerrando puertas, sino más bien estoy abriendo todas”. Y, de hecho, he acertado. Creo que es una de las mejores especialidades médicas y, además, está en constante evolución.
M.D. ¿Cuánta responsabilidad tenéis en la toma de decisiones?
B.A. El radiólogo no debe vivir aislado, como antes. Tiene que formar parte de la práctica clínica habitual con la toma de decisiones, pero nunca, nunca, de forma unilateral, sino participando en los comités. Debes tener un amplio conocimiento y estar siempre pendiente de las innovaciones y avances. De tal manera que cuando emites un juicio diagnóstico sea útil para el médico que recibe esa información.
M.D. ¿Qué haces en tu día a día?
B.A. Sobre todo, realizo diagnóstico por imagen e intervención terapéutica de los pacientes con patologías musculoesqueléticas. En la sala de ecografía interactúo con los pacientes a diario, por ejemplo, y eso me encanta. Tener un impacto directo en la atención del paciente resulta muy gratificante. Además, emplear la ecografía me permite realizar diagnósticos y ofrecer alternativas terapéuticas. Las intervenciones guiadas bajo control de imagen pueden variar mucho: biopsias, aspiraciones con aguja fina, drenajes, infiltraciones intraarticulares… El resto de mis actividades incluyen la lectura de estudios de imagen obtenidos por resonancia magnética, TAC o radiología simple.
M.D. O sea, que un radiólogo a pie de máquina hace un diagnóstico de precisión y un estudio dirigido que supone menos tiempo para el paciente.
B.A. Claro. Es el caso, por ejemplo, de la atención a los deportistas de élite o jugadores de fútbol profesionales. Cuando vienen, les ofrecemos atención exclusiva y personalizada tanto en la valoración de los chequeos deportivos como en el diagnóstico y manejo de las lesiones musculares. Se trata de circuitos de atención en tiempo real, con pruebas para valorar la lesión muscular que incluyen secuencias de resonancia dirigidas con menor tiempo de máquina (unos 10 minutos frente a los 20 minutos de una exploración rutinaria).
M.D. ¡Qué interesante!

“Una enfermera siempre debe estar a la vanguardia de todos los tratamientos y cuidados”

“El radiólogo no debe vivir aislado, como antes”
B.A. ¿Ha habido alguna situación en tu vida profesional que te haya marcado especialmente?
M.D. La verdad es que ser enfermera de Oncología Pediátrica hace que todos los días tengan algo que te marque. A veces son experiencias buenas y otras no tanto, pero cuando te gusta tu trabajo y encuentras el lado positivo a todo lo que estás haciendo hace que cada día vuelvas a casa contenta por detalles que hayas vivido ese día concreto.
B.A. Y dentro de tu especialidad de Oncología Pediátrica, ¿qué cualidades dirías que tiene que tener una enfermera?
M.D. La empatía es muy importante. Nos tiene que gustar mucho tratar con el paciente y con su familia, así como la investigación y la docencia. Luego, creo que cada una asume un papel más potente en diferentes campos dependiendo de su trabajo. Lo que está claro es que debe estar a la vanguardia en todos los tratamientos y cuidados. Ser capaz de ver qué campos todavía no están cubiertos e intentar cubrirlos. Y luego, pues no tener miedo a enfrentarse a la situación que tienen los niños y sus familias, para ser capaz de ayudarles. Al final, esta sociedad tiene muchos tabúes todavía y nosotras debemos ser capaces de romper esa barrera para poder ayudar y atender todas las necesidades de nuestros pacientes.
B.A. Dentro de lo difícil que puede ser tu labor, ¿qué es lo más fácil y qué es lo más difícil?
M.D. Lo más fácil: tratar con los niños. Da igual el mal día que tengas, da igual lo malitos que se encuentren ellos, cuando vas a verlos siempre te aporta algo bueno. Son la fuente de nuestra fuerza muchas veces. Si estás desanimado y vas a ver a los niños, siempre son ellos los que te suben el ánimo. Lo más difícil… Asumir que vas a pasar momentos que no te van a gustar, que vas a cometer errores, cosas que te hubiera gustado haber hecho de forma diferente. Y una vez lo asumes, una vez sabes que estás intentando dar lo mejor de ti, luego es más fácil seguir adelante.
B.A. Yo lo veo complicado. Es un trabajo que te honra. Estar ahí cuidando y atendiendo a los niños en esas situaciones no debe de ser fácil.
M.D. Es lo que tiene la sanidad, que todos tenemos momentos muy complicados. Yo me pongo en tu piel y pienso que me costaría mucho mantener el tipo para saber decirle con cariño al paciente el resultado de su radiografía. Al final, creo que dedicándonos a lo que nos apasiona somos capaces de cualquier cosa.
- Texto:
- Carmen Guerrero
- Fotografía:
- Pilar Martín
Este artículo ha sido publicado por la Clínica Universidad de Navarra en la revista Noticias.cun.