Una gasolinera, 1953. Una mujer y su hijo, camino de Madrid, se acercan a José Biosca, un empresario, y le piden sitio en su coche. En Madrid van a tratar al hijo, enfermo de algo que llaman “cáncer”. Biosca queda impresionado por el desconocimiento y la necesidad, y comienza a organizar, con otras personas, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). La primera bomba de cobalto para radioterapia llega a España en 1963, gracias a la AECC, que entonces ya ayuda a pacientes sin recursos y ha creado centros oncológicos. Desde 1971, destina fondos para la investigación.

El dato

52

La Asociación Española contra el cáncer tiene 52 sedes repartidas por toda España.

Hoy, la AECC facilita el alojamiento de pacientes extranjeros de la Clínica Universidad de Navarra, en Pamplona y Madrid. Y 15 proyectos de investigación de la Clínica y del Cima reciben un total de 4 millones de euros, gracias a las ayudas de la AECC.

Son fondos para investigadores y proyectos de investigación, en temas como la inmunoradioterapia, los tratamientos de cánceres de hígado y digestivos, la personalización de la radioterapia, las enfermedades hematológicas incurables, el desarrollo de inmunoterapia para sarcomas, las combinaciones de fármacos para cáncer de pulmón o una nueva forma de afrontar el cáncer de vejiga. 

Texto:
Miguel García San Emeterio
Fotografía:
Cedidas

Infocáncer: 900 100 036. 7 días/24 horas

Este artículo ha sido publicado por la Clínica Universidad de Navarra en la revista Noticias.cun.