José Fernández, paciente tratado con virus oncolíticos en la Clínica.
“El cambio fue increíble, incluso me creció el pelo de nuevo”
José Fernández, de 93 años, es natural de Adra (Almería), donde reside actualmente. Ha sido funcionario y ha ejercido de abogado toda su vida. Además, tiene cinco hijos y siempre le ha gustado mucho pintar. Todos los días sale a pasear, le encanta viajar con sus hijos y salir a comer fuera. Hoy nos cuenta su experiencia con los virus oncolíticos para tratar su carcinoma.
José. Era un día cualquiera en Almería, trataba de alcanzar un armario alto de la cocina con puertas pequeñas en la parte superior. No me di cuenta de que una de ellas estaba abierta y me di un golpe en la cabeza, justo contra el filo. Cuando vi la herida, no le di importancia, la desinfecté hasta que pensé que estaba curada, pero no lo estaba… Empeoraba cada vez más y decidí acudir al médico.
Al principio, probaron a tratarla con medicamentos, pero ninguno parecía funcionar. La herida cada vez tenía peor aspecto y me resultaba más dolorosa, así que me derivaron a Dermatología de la Seguridad Social. La dermatóloga asumió que había que operar, pero estábamos en pandemia y yo no me decidía.
Hablaban de que sería una operación traumática, de injertos y de regenerar la piel partiendo de otras partes del cuerpo… No me atreví. Cada vez tenía menos calidad de vida y terminé viajando a Granada para una segunda opinión. Me dijeron lo mismo, “hay que operar inmediatamente”.
No había otra solución.
No, pero yo continuaba reacio a operarme, no me imaginaba lidiando con las consecuencias, me producía mucha angustia. Fue ahí cuando decidir venir a Madrid, a la Clínica, en busca de otra opción. Fue mi hijo quien me trajo, él es quien me ayuda en todo, siempre.
Ahí empezó el camino de este tratamiento.
En Dermatología, el Dr. García me explicó que estaban experimentando un nuevo tratamiento. Consistía en inyectar un virus que ataca a las células cancerígenas sin perjudicar a las células sanas. Cuando el Dr. Castañón, de Oncología, me preguntó si estaba dispuesto no me lo pensé y firmé el consentimiento para dar comienzo al tratamiento de la mano de los dos departamentos.
¿Qué tal fue?
Al principio fue difícil y muy duro, porque tenía muchos dolores y no veía resultados. A los tres meses comenzó a desaparecer poco a poco el carcinoma hasta hacerlo por completo. El cambio fue increíble, incluso me creció el pelo de nuevo en la zona. Después de eso, continué viniendo para seguir también con la quimioterapia.
¿Y la recuperación?
Me curaban con toda clase de pomadas, fue muy bien. No puedo estar más agradecido a los doctores Castañón, García, Alejandra Tomás y a todo el equipo.