Todo empezó en 2018 cuando el jefe del hospital MD Anderson de Estados Unidos, el profesor Pedro Ramírez, publicó un estudio prospectivo (LACC TRIAL) demostrando que las pacientes con cáncer de cérvix operadas por cirugía laparoscópica/robótica recaían hasta cuatro veces más que las intervenidas por cirugía abierta. Esto generó un estado de incertidumbre entre la comunidad científica ginecológica, pues hasta ese momento la cirugía mínimamente invasiva era la técnica estándar por excelencia, ofreciendo numerosas ventajas tanto para el especialista como para las pacientes. 

“Antes de que apareciera la laparoscopia, el tratamiento tradicional consistía en una histerectomía radical por vía abierta, es decir, retirar el útero mediante una incisión abdominal amplia”, explica el Dr. Enrique Chacón, especialista en Ginecología Oncológica de la Clínica Universidad de Navarra. “Cuando surgió la técnica laparoscópica fue toda una revolución en términos de aceleración de la recuperación postoperatoria de las pacientes. Por eso, al conocer los resultados de este ensayo clínico en el que se evidenciaba que las pacientes no solo recaían con mayor frecuencia, sino que aumentaba la tasa de mortalidad, nos planteamos por qué algo que pensábamos que traía tantos beneficios, en realidad, estaba perjudicando a las pacientes”, añade el especialista.

En datos

El cáncer de cérvix fue el tumor más frecuente en la mujer en 2020.

VPH

El cáncer de cérvix suele causarse por una infección del Virus del Papiloma Humano.

Así nace el estudio SUCCOR, liderado por el Dr. Luis Chiva, director del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica, que consiguió reclutar a más de 1.000 pacientes de 30 países distintos pertenecientes a 129 centros europeos. Él y su equipo confirmaron estos resultados de Estados Unidos en la población europea y, además, identificaron cuál podría ser la causa del problema: la manipulación del tumor durante la intervención. “SUCCOR demostró, por primera vez, que ese peor pronóstico de la laparoscopia podría mejorar si se evitaba el uso del manipulador uterino durante la intervención y se realizaban una serie de maniobras protectoras del tumor para evitar manipularlo durante la cirugía”, añade el Dr. Chiva.

Succor Cone, la conización cervical preoperatoria

Con estos papeles sobre la mesa, Succor Cone nace con el objetivo de analizar el efecto de la conización cervical preoperatoria en las pacientes que luego se sometían a una histerectomía radical.  “La conización cervical preoperatoria es una biopsia diagnóstica que empleamos para poder analizar las características del tumor y planificar el tipo de radicalidad que precisa”, explica el Dr. Chacón, autor del estudio. “Extraemos una muestra de tejido cervical en forma de cono —de ahí el nombre de conización cervical—que contiene tanto al tumor como al tejido sano circundante; de manera que, al conocer todos los apellidos del tumor, podemos diseñar el tipo de intervención que precisa la paciente”. 

Los doctores Chacón (izqda.) y Manzour (dcha.) junto a uno de los ecógrafos de la Clínica.

Este estudio empleó la base de datos de SUCCOR para comparar pacientes “idénticas” con la única diferencia de haber sido sometidas a una conización cervical preoperatoria o no. El Dr. Chacón concluye que “con esta técnica, al disminuir la exposición del tumor durante la cirugía, las pacientes no solo recaían menos, sino que aumentaba su supervivencia global. Además se observó que la conización cervical igualaba, en términos de recaída, a las pacientes intervenidas por vía mínimamente invasiva con aquellas intervenidas por vía abierta”. Estos resultados respaldan los observados previamente en SUCCOR: cuanto menos expuesto esté el tumor por vía laparoscópica/robótica, mejores resultados oncológicos tiene el tratamiento.

Su publicación como artículo líder en International Journal of Ginecological Cancer —revista de referencia en ginecología oncológica, donde también se publicaron los resultados del estudio SUCCOR— ha tenido una gran repercusión en la comunidad científica, ya que parece que abre una puerta para el abordaje por cirugía mínimamente invasiva –sea laparoscopia o robótica– en las pacientes que padecen un cáncer de cérvix en etapa precoz.

Succor Risk, conseguir predecir la recaída

Al igual que Succor Cone, Succor Risk es un estudio que parte de Succor y propone una fórmula matemática que pondera el riesgo de recaída de las pacientes con cáncer de cérvix, desarrollando un índice que ayude a ajustar y personalizar el tratamiento de estas pacientes tras la cirugía. Cuanto mayor puntuación se obtiene con la fórmula, mayor probabilidad existe de recaer y, por tanto, existe mayor riesgo de mortalidad. 

El Dr. Nabil Manzour, especialista del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica y autor de Succor Risk, expone que “se ha comprobado que la conización cervical preoperatoria es la variable de mayor peso en la fórmula, es decir, las pacientes que se habían realizado una conización previa a la cirugía contaban con una mayor probabilidad de supervivencia y éxito en el tratamiento, lo que nos mantiene en la misma línea de conclusiones con Succor Cone y SUCCOR”. 

El Dr. Manzour subraya que “estamos a la espera de los resultados en otras poblaciones no europeas y esperamos que este índice de riesgo se convierta en una herramienta diaria que ayude al especialista a determinar, junto a las variables clínicas habituales, la mejor pauta de tratamiento para las pacientes”.

Texto:
Carmen Guerrero
Fotografía:
Manuel Castells

Más información en Estudio Succor Cone

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Más información en Estudio Succor

Este artículo ha sido publicado por la Clínica Universidad de Navarra en la revista Noticias.cun.