Hasta hace relativamente poco tiempo la investigación clínica era un gran desconocido. Cuando en foros no sanitarios se hablaba de ensayos clínicos, había quienes confundían los ensayos con los “análisis” clínicos y quienes, a pesar de conocerlos, pensaban que su finalidad era utilizar a seres humanos como “conejillos de indias” … ¡Nada más lejos de la realidad! La pandemia de COVID-19 ha colocado en primer plano de la opinión pública la importancia que tiene la investigación clínica para desarrollar nuevos medicamentos. Gracias al desarrollo de las vacunas del COVID-19 y a la información recibida por los medios de comunicación, la inmensa mayoría de la población ya sabe qué es y qué finalidad tiene un ensayo clínico.
Un ensayo clínico es un proyecto científico que testa un producto en investigación en humanos, que debe contar con evidencias científicas sobre la seguridad y eficacia del mismo en estudios preclínicos, además de un potencial beneficio terapéutico para el paciente. ¿Y son seguros los ensayos? Por supuesto; los pacientes que participan en un ensayo están protegidos por una normativa muy estricta a nivel europeo, nacional y local que garantiza que el riesgo no sea mayor que el beneficio que puedan recibir, así, en muchas ocasiones, participar en un ensayo para muchos pacientes es la mejor forma de tratamiento.
Detrás de cada nuevo medicamento hay una larga y difícil carrera de fondo que en el mejor de los casos, si todo sale bien, puede durar unos 10 años hasta ver el medicamento comercializado. Esto supone un esfuerzo colectivo y multidisciplinar: investigadores, personal sanitario, agencias reguladoras, compañías farmacéuticas y organizaciones de pacientes vamos unidos de la mano con un objetivo común: sacar al mercado nuevos medicamentos que mejoren la salud de las personas y curen a futuros pacientes.
Hacer investigación clínica es muy beneficioso en todos los sentidos: Para el Sistema Sanitario, los ensayos conllevan importantes beneficios económicos gracias al ahorro de costes que generan los ensayos que promueve la Industria Farmacéutica, pues ésta financia tanto los tratamientos como otras medicaciones y recursos. Para el personal sanitario que participa, supone complementar su actividad asistencial con actividad investigadora, lo que contribuye a mejorar su formación. Y, los grandes beneficiarios son nuestros pacientes, ya que pueden acceder a las terapias más novedosas que no serían accesibles de otro modo, y esto supone en muchos casos su propia supervivencia o mejora de la calidad de vida.
Deberíamos sentirnos orgullosos de vivir en un país como España, uno de los países europeos con más atractivo para la investigación clínica gracias a un marco legal favorable, un sistema sanitario muy potente y los mejores profesionales sanitarios.
Los ensayos clínicos son indispensables para que la Medicina avance. Sigamos investigando para mejorar la calidad de vida de las personas, aportemos nuestro granito de arena para que este mundo sea un poco mejor para todos.