La Clínica Universidad de Navarra aplica la braquiterapia a los pacientes con cáncer de próstata localizado de alto riesgo, lo que mejora los resultados oncológicos y permite reducir el tiempo de su tratamiento hormonal. En comparación con la radioterapia de haz externo, la braquiterapia implica colocar unos tubos plásticos dentro del cuerpo para lograr dosis más altas de radiación a través de un robot en áreas más específicas del cuerpo. Este tipo de “radiación interna” puede causar menos efectos secundarios que la radioterapia de haz externo. 

Así se demuestra en un estudio liderado por UCLA (Universidad de California en Los Ángeles) y en el que ha participado la Clínica aportando una cantidad notable de datos clínicos de pacientes tratados con braquiterapia. Los resultados del estudio se han publicado en ‘Jama Oncology’, una de las revistas de Oncología con mayor impacto y reputación del mundo. 

“En la Clínica utilizamos un método diagnóstico que posibilita saber con exactitud si existe una recaída del tumor prostático”
Dr. Bernardino Miñana

Director del Departamento de Urología

El estudio se centra en determinar la duración óptima de la terapia de deprivación de andrógenos (ADT, por sus siglas en inglés) en el tratamiento de pacientes con cáncer de próstata de alto riesgo. La ADT consiste, principalmente, en retirar los andrógenos mediante inyecciones, ya que el tumor crece a expensas de estas hormonas sexuales masculinas. Para lograr un beneficio de supervivencia libre de metástasis es crucial determinar la duración de esta terapia hormonal. 

¿Se puede reducir el tiempo de terapia hormonal? 

El Dr. Rafael Martínez Monge, codirector del Departamento de Oncología Radioterápica de la Clínica Universidad de Navarra y uno de los autores del ensayo, explica así el estudio: “Los pacientes que son tratados únicamente con radioterapia externa necesitan, a su vez, el tratamiento de deprivación androgénica entre un año y medio y tres años. Sin embargo, para aquellos pacientes que, además, reciben el tratamiento de braquiterapia, como sucede en nuestro centro, la duración del tratamiento hormonal debe reducirse a dieciocho meses o menos”. 

En datos

7,8%

El cáncer de próstata representa el 7,8% de los tumores en hombres.

11,2%

de posibilidades de prevalencia a los 5 años.

+ 30 mil

Para el año 2022 se estima que habrá más de treinta mil casos.

El Dr. Martínez Monge explica que esto se consigue porque la braquiterapia “nos permite conseguir dosis de radiación intraprostáticas mucho más altas que, añadidas a la radioterapia externa, posibilitan reducir la dosis de ADT de manera segura. No obstante, todavía existe un 15% de pacientes que acaban recayendo a pesar del mejor tratamiento posible. Por eso, seguimos necesitando estudios adicionales para encontrar una solución definitiva para este grupo de pacientes”. 

Últimos avances puestos en común 

Especialistas de Urología y Oncología Radioterápica de la Clínica Universidad de Navarra realizaron una sesión científica para poner en común su experiencia a la hora de detectar de forma temprana recaídas de cáncer de próstata. Este evento, que tuvo lugar durante dos días en la sede de la Universidad de Navarra en Madrid, estuvo dirigido a urólogos y oncólogos radioterápicos. 

 El Galio PSMA es un radiofármaco de máxima sensibilidad para localizar tumores de próstata. 

Durante ambas sesiones, los asistentes recibieron nociones teóricas y prácticas sobre varios aspectos, como la utilidad del PET con Galio PSMA (un radiofármaco de máxima sensibilidad para localizar tumores de próstata) en la práctica clínica diaria, cirugía, braquiterapia de rescate local, biopsias de fusión de lesión recurrente o protonterapia de rescate (la radioterapia externa más precisa que existe), entre otros. 

Las sesiones contaron, entre otros, con la participación de los directores del Departamento de Urología y Oncología Radioterápica, Bernardino Miñana y Felipe Calvo

bombilla

PET de última generación

El cáncer de próstata supone el 7,8% de los tumores en España y es, además, uno de los más frecuentemente diagnosticados.  Sin embargo, el cáncer de próstata mantiene a día de hoy una supervivencia elevada, resultado de la inclusión de numerosos casos de buen pronóstico por la amplia utilización de diagnóstico por test del antígeno prostático específico (PSA).

Tal y como explica el Dr. Miñana: “En la Clínica utilizamos un método diagnóstico que posibilita saber con exactitud si existe una recidiva (recaída) del tumor prostático, el lugar donde se aparece y su nivel de agresividad gracias a las biopsias de fusión. Antes de disponer de esta prueba no podíamos saber a ciencia cierta la localización de las recidivas, solo podíamos intuirlo”, indica. El proceso comienza una vez que el PSA (antígeno prostático específico) comienza a subir en pacientes que habían sido intervenidos previamente. “Primero realizamos una prueba diagnóstica con PET-TAC en la que utilizamos como radiofármaco el Galio PSMA. Nos informa exactamente de la localización del tumor, incluso antes de ser visible con otras técnicas, lo que nos ha permitido ser capaces de estandarizar los patrones de recurrencia y cuál puede ser el tratamiento más apropiado para cada uno. Por tanto, el paciente tiene un abanico mayor de posibilidades terapéuticas”, concluye.

Texto:
Ana Agüí y Carmen Guerrero
Fotografía:
Manuel Castells

Este artículo ha sido publicado por la Clínica Universidad de Navarra en la revista Noticias.cun.